PAN con lo mismo
El llamado ‘relanzamiento del Partido Acción Nacional’ resultó un cambio de logotipo , la aceptación de que son ultraderecha y un divorcio a medias del PRI.
En medio de la peor crisis como partido político desde que ganó la Presidencia de la República en el año 2000, con sólo cuatro gobiernos estatales, con raquítica votación y con un dirigente nacional vinculado a la delincuencia, Jorge Romero Herrera, el PAN hizo su “relanzamiento”.
A estas condiciones hay que añadir su “divorcio a medias” del PRI –porque dicen que no irán en alianza nacional con el tricolor pero en Nuevo León continuarán unidos– y una aceptación de que pertenecen a la derecha radical internacional: “Patria, Familia y Libertad”.
¿Pero qué significa para los panistas “patria, familia y libertad”?… Una similitud ideológica con el fascismo italiano, al grado de copiar el lema. Sin embargo, poco se ha dicho qué tipo de Patria, de Familia y de Libertad defiende hoy en día el movimiento de la ultraderecha internacional.
Primero, Patria, extraño que el PAN lo defienda, después de décadas de decir que la soberanía era un concepto anticuado y de haber entregado los recursos naturales a extranjeros socavando la integridad del país.
De hecho, su proyecto político ahora pasa por solicitar intervenciones extranjeras en México, como el caso de Lilly Téllez y Ricardo Salinas Pliego (a quien abrieron totalmente la puerta al decir que incluirán “candidatos ciudadanos”, y bien podría ser su candidato en el 2030).
Para ellos, así como para la ultra derecha internacional (los Maga en EU, Meloni en Italia, Milei en Argentina, Vox en España, AfD en Alemania y Reform UK en Reino Unido), la patria son las personas que cumplen cierto perfil racial, “blancos y descendientes de europeos”.
El proyecto entonces se trata de defender la patria en contra de los enemigos, que en su entendimiento son todos aquellos a los que consideran “indeseables”.
Es en esencia un proyecto de racismo que en EU y países europeos se expresa como en contra de todo tipo de inmigrantes, minorías, colores y preferencias diferentes.
En segundo lugar la Familia, concepto que la ultra derecha se ha agenciado últimamente, y del cual dicen que permitir modelos de familia diferentes a la ultra-tradicionalista es la causa de todos los males de la sociedad.
Esto tiene implicaciones muy profundas, pues consideran que el único modelo aceptable es una familia donde sea hombre-mujer, con roles tradicionales de proveedor y crianza.
La ideología de la ultra derecha dice que todo lo diferente es inmoral, e incluso sostiene que es un pecado. ¿Qué tipo de organización social implica esto?
Pues una donde la mujer deja todos los espacios públicos y de poder que tanto les ha costado conquistar, ya que los ultraderechistas sólo conciben que su papel es procrear, criar y las labores del hogar.
Recientemente, Ricardo Salinas Pliego, en su propio documental, dijo que consideraba un “agandalle” el que las mujeres hubieran logrado 50 por ciento de representación. Pero también significa que toda la comunidad LGBT+ retroceda en el reconocimiento de sus derechos.
Curiosamente, el modelo que tanto añoran, ese donde un solo ingreso podía sostener una familia, fue destruido por el neoliberalismo. Este sistema, en cuanto se implantó en las sociedades, destruyó toda posibilidad de que un hogar se sostuviera con un solo ingreso.
Y mujeres que trabajen, comunidad LGBT, madres y padres solteros, personas divorciadas, son el enemigo de la “familia tradicional” panista. Ese es el modelo que defienden.
Por último, la Libertad. Según la ultraderecha, todo se debe basar en el individuo, es el bloque fundacional de todo. Dejando de lado la enorme disonancia cognitiva que tiene defender la patria y la familia (ambas un conjunto de organización social), y después querer defender a ultranza el individuo.
La libertad que defienden es aquella que beneficia únicamente a los líderes de su movimiento.
Entienden como principal restricción de la libertad la presencia gubernamental y exigen que sea reducido a su mínima expresión, es decir seguridad y “estado de derecho”, todo lo demás debe privatizarse. Sólo así alcanzarán la libertad.
Esto tiene consecuencias directas en la libertad de todos, pero contrario a lo que predican, la libertad de 99.99 por ciento de los ciudadanos se reduce. ¿Qué porcentaje de la población no tendría acceso siquiera a comer de no existir programas sociales, o cuál estaría por debajo de la línea de la pobreza?
Lo sabemos, basta ver los datos de gobiernos neoliberales, donde tuvieron a 70 por ciento de la población bajo esa condición. ¿Cómo sería el acceso a la educación, la salud, el agua, etcétera, si todo estuviera privatizado? Sorpresa, lo sabemos: en todos los países donde lo hicieron el acceso disminuyó, al tiempo que las empresas tuvieron ganancias récord.
Esa es la libertad que defienden, la libertad de pagar sueldos de miseria, la libertad de evadir impuestos, la libertad de extraer rentas exorbitantes y la libertad de esclavizar a toda la población, con tal de aumentar sus ganancias.
¿Y qué quieren del Estado? Sencillo, que esté para aplastar cualquier disidencia, cualquier movimiento que exija mejores derechos, mejor calidad de vida, repartición más equitativa de la riqueza.
Eso lo conocen como estado de derecho, que nada cambie nunca, que las premisas de explotación y miseria con que iniciaron sus inversiones se mantengan por siempre, para que no afecte su tasa de retorno. Ese es el proyecto del panismo, no nos confundamos, es un proyecto elitista, racista y sumamente explotador.
					










