Llega Sheinbaum: la continuidad con cambio
Claudia Sheinbaum Pardo es en sí misma una revolución en este país: mujer, doctora, funcionaria pública, investigadora, judía y de izquierda.
Y llega a la Presidencia de México con una legitimidad aún mayor a la conseguida por su antecesor Andrés Manuel López Obrador en 2018, por el número de votos que reunió.
El 2 de junio, Sheinbaum logró el 59.7% de los votos para convertirse en presidenta de México, la persona número 66 que ocupa ese cargo desde que los mexicanos se independizaron de España.
La ventaja de Sheinbaum, de ascendencia judía por parte de sus abuelos maternos de origen búlgaro, es de que casi 6 puntos porcentuales de la votación obtenida seis años atrás por Andrés Manuel López Obrador, que ganó en 2018 con el 53.2% de los votos, y era hasta entonces el presidente más votado de la historia mexicana.
Quienes conocen a Sheinbaum la califican como una mujer fuerte de carácter y este aspecto personal es una cualidad cuando se trata de lidiar con un segundo escalón para terminar un cambio de régimen en México, luego del sistema postrevolucionario.
Incluso lidiar también con un claro primer paso que dio López Obrador, el dividir el poder económico del poder político. Parte de este objetivo es que los grandes oligarcas del país paguen sus impuestos, por lo cual Sheinbaum deberá también enfrentar a los más grandes empresarios de este país y aplicar una reforma al Poder Judicial.
El propio López Obrador, durante sus últimas intervenciones en las conferencias mañaneras, dijo: “Ella tiene cabeza, corazón y carácter. Les digo, yo soy el fresa, quien crea que piense que va a dejarse presionar, que le va a dar miedo, es porque no la conoce, repito, yo soy el fresa, el moderado”.
Sheinbaum llega a la silla del águila de Palacio Nacional —a la que solamente se han sentado Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y el propio AMLO, porque es la de más reciente fabricación, de 2010—, como la primera mujer presidenta con cerca de 35 millones de votos de respaldo, tantas personas como si todo el Perú la hubiera elegido a ella.
La victoria de Claudia Sheinbaum no se queda solamente en que la 4T repetirá seis años en el Poder Ejecutivo.
Su victoria es también el triunfo de 66.99 millones de mexicanas que habitan este país y que la impulsan hacia adelante, pues ellas lideran enteramente el 30% de los 34 millones de hogares que existen en México.
En el proceso electoral de 2024, un total de 51 millones, 399 mil 566 mujeres tuvieron la oportunidad de elegir a una presidenta de su mismo género.
El número exacto Instituto Nacional Electoral indica que la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde, obtuvo 35 millones 924 mil 519 votos (59.7%).
El INE informó oficialmente que en la elección del 2 de junio estaban convocados a votar 98 millones 329 mil 000 mexicanos, es decir, 9 millones más de electores en comparación con la elección de 2018.
El porcentaje de votación fue del 61.04 % de participación ciudadana y se recontaron 116 mil 397 paquetes electorales.
Entonces la elección presidencial del año 2000, en la que resultó electo presidente Vicente Fox Quesada, se mantendrá como la de mayor porcentaje de participación de la historia, con un 64%, pero no en número real de votos, porque Sheinbaum ganó con 15 millones más de votos.
La elección donde los mexicanos participaron en menor cantidad fue la del año 2006 que dejó a Felipe Calderón como presidente, con una participación entonces del padrón en 58.2 por ciento.
En el año 2000, el candidato Vicente Fox, del PAN, logró 15 millones 989 mil636 votos. Para el año 2006, la elección más cuestionada de los últimos años, el candidato panista Felipe Calderón obtuvo 14 millones 916 mil 927 votos.
En el año 2012, cuando el regreso del PRI a la presidencia de México, el candidato Enrique Peña Nieto logró 19 millones 158 mil 592 votos. Y Andrés Manuel López Obrador obtuvo en la elección de 2018 30 millones 113 mil 483 sufragios de los mexicanos.