Aunque EU lo canta como ‘una victoria histórica’, su aprehensión no significa que acabó el narcotráfico.

 

Y para la edad de Ismael “El Mayo” Zambada, es un fin tranquilo y hasta quizás esperado por el capo de 75 años de edad.

 

Pero su silencio no debió ser negociado por la fiscalía estadounidense. Debió hablar sobre todos los expolicías, exmilitares, exfuncionarios de la Dirección Federal de Seguridad y expolíticos mexicanos sobornados.

 

Además de todos los exagentes de la DEA y la CIA, ex militares y expolicías estadounidenses con quien seguramente pactó en más en de una ocasión.

 

El legendario capo del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, se declaró culpable de narcotráfico y lavado de dinero el pasado 25 de agosto.

 

Y dijo lo que todos sabemos, que desde hace 45 años, es decir a lo largo de al menos siete sexenios presidenciales, sobornó a mandos militares, policiales y políticos en México para poder operar con impunidad.

 

Claro, también sobornó estadounidenses y también faltó que los mencionara.

 

Zambada no precisó nombres o cargos de los personajes que sobornó y sus abogados advirtieron que no lo haría posteriormente, además de que negaron haber llegado a un acuerdo con Washington para revelar identidades de los funcionarios que tuvo en su nómina.

«El Mayo» a quien se atribuye haber construido una red criminal para traficar cocaína, heroína y fentanilo a través de la frontera con EU, y consolidar su emporio mediante asesinatos masivos y corrupción, será condenado a cadena perpetua el 13 de enero del próximo año.

Con su declaración de culpabilidad evadirá un juicio con declarantes y testigos a la vez que evitará la pena de muerte.

 

Al comparecer ayer ante el Juez Brian M. Cogan, el mismo que condenó a Joaquín «El Chapo» Guzmán en 2019, en la Corte de Distrito de Brooklyn, Zambada, de 75 años, apareció con cabello blanco, barba bien recortada y el uniforme carcelario.

«Empecé a involucrarme con drogas ilegales en 1969, cuando tenía 19 años, y planté marihuana por primera vez», leyó.

«Reconozco el gran daño que las drogas ilegales han causado a los pueblos de Estados Unidos, México y otros lugares», dijo.

Reconoció que entre 1980 y 2024 su organización criminal transportó y vendió mil 500 millones de kilos de cocaína en EU.

«La organización que dirigí promovió la corrupción en mi propio País al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente.

El pago de estos sobornos se remonta a mis inicios, cuando era un joven que empezaba, y continuó durante todos los años de existencia del Cártel», afirmó Zambada.

También reconoció un decomiso por 15 mil millones de dólares que, de cubrirse, quedarían en manos del Gobierno de EU.

Frank Pérez, abogado del «Mayo», dijo que su cliente aceptaba la plena responsabilidad por sus actos indebidos pero negó un acuerdo de colaboración con el Departamento de Justicia de EU.

Zambada no dijo nada sobre cómo fue su captura cuyos detalles incluyó en su petición de auxilio a la Presidenta Claudia Sheinbaum, en la que aseguró haber sido secuestrado y entregado ilegalmente a EU.

«Debe intervenir (el Gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de EU», reclamó entonces el capo.

Morirá en prisión, pero ya es bastante mayor

El Gobierno de Donald Trump calificó de «victoria histórica» la declaración de culpabilidad de Ismael «El Mayo» Zambada y celebró la demostración «una vez más, que nadie está lejos de nuestro alcance». Pero es un hombre de 75 años.

Horas después de la audiencia judicial en la que Zambada asumió su culpabilidad por narcotráfico, la Fiscal General de Estados Unidos, Pam Bondi, dijo que eso era evidencia del éxito de la lucha contra los cárteles de la droga y la calificó como una «victoria histórica».

«Morirá en una prisión federal estadounidense, donde pertenece», sentenció.

En una conferencia de prensa que destilaba gozo, Bondi no explicó nada sobre la forma en que Zambada fue entregado el 25 de julio de 2024 a las autoridades estadounidenses tras el secuestro que el capo denunció, de parte de «Los Chapitos» (los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán) en Sinaloa y su traslado a Texas.

«Este terrorista extranjero cometió crímenes atroces contra el pueblo estadounidense», dijo Bondi, «ahora pagará por esos crímenes pasando el resto de su vida tras las rejas en una prisión estadounidense.

«Vivirá como si estuviera en el corredor de la muerte», agregó al explicar que el Gobierno mexicano, al que elogió por su colaboración en el caso, no acepta la pena de muerte como castigo.

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