El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió el lunes con el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en el marco de su viaje para persuadir a los países latinoamericanos de que hagan más para frenar la migración hacia la frontera sur estadounidense.

 

Rubio se reunió con Bukele y el Ministro de Asuntos Exteriores de El Salvador en la residencia del Mandatario salvadoreño en el lago Coatepeque, a las afueras de la capital.

Bukele, consultado tras su reunión sobre si los dos países habían alcanzado un nuevo acuerdo de «tercer país seguro» para que Estados Unidos deportara a El Salvador a migrantes de otras naciones, dijo que estaban ultimando un acuerdo «de un alcance mucho mayor», sin dar más detalles. Agregó que Rubio anunciaría más tarde el acuerdo.

El Presidente de El Salvador es visto por el Gobierno de Trump como un aliado clave en sus esfuerzos migratorios en la región.

Bukele ha lanzado una férrea campaña de seguridad en su país, deteniendo a más de 80 mil personas y reduciendo drásticamente el número de homicidios. Washington atribuye a sus políticas la reducción del número de salvadoreños que intentan entrar ilegalmente en Estados Unidos.

Rubio, ex senador estadounidense por Florida, dijo antes de la reunión que conocía a Bukele desde hacía mucho tiempo y le elogió por hacer «un excelente trabajo proporcionando seguridad y estabilidad».

Rubio comenzó el lunes en Panamá, donde vio a 43 migrantes colombianos que habían cruzado el Tapón del Darién, probablemente con destino a Estados Unidos, abordar un vuelo chárter de Air Panamá de regreso a Colombia.

El Secretario, que ha ordenado al Departamento de Estado que dé prioridad a poner fin a la migración masiva, dijo que repatriar a los migrantes desincentiva a las personas a abandonar sus países de origen.

«No es bueno para nadie. Los únicos que se benefician de la migración masiva son los traficantes», dijo Rubio a los periodistas. Atribuyó al programa de deportación de Panamá, acordado en julio entre Panamá y el anterior Gobierno estadounidense del Presidente Joe Biden, la reducción de la migración a través del Tapón del Darién entre Colombia y Panamá en un 90 por ciento.

Estados Unidos también está presionando a Bukele para que evite las inversiones de China, que está en conversaciones con El Salvador sobre un tratado de libre comercio, ha financiado proyectos públicos como un estadio de fútbol y ha invertido en el sector de las telecomunicaciones.

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