El Presidente ruso había expresado que no tenía prisa en Ucrania, pero unos días después anunció la movilización de 300 reservistas a la guerra y la nación estalló en protestas

Vladimir Putin, quizás molesto por una guerra que no termina tan rápido como muchos predecían, había dicho que no corría prisa para terminar su invasión a Ucrania, incluso dijo que no necesitaba más que los elementos activos del Ejército.

Pero apenas unos días después, el 21 de septiembre, anunció lo contrario y el pueblo ruso estalló en manifestaciones y protestas.

El Presidente ruso ordenó la movilización inmediata de 300 mil reservistas al Ejército, en un esfuerzo por fortalecer su ofensiva en Ucrania, que el próximo sábado cumplirá siete meses. Es la primera convocatoria de ese tipo en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial.

Los vuelos se agotaron, porque los rusos pueden permanecer hasta 180 días sin visa en Armenia. Otro destino favorito para salir de Rusia fue la vecina Georgia.

Al día siguiente, el 22 de septiembre, la Policía detuvo al menos a mil 406 personas que se manifestaron contra la medida de Putin. En Moscú detuvieron a 537 y en San Petersburgo a 570. Las protestas en las calles ocurrieron en 38 ciudades de ese país.

Y es que la gente había temido esto, así como el posible cierre de fronteras.

Pero a pesar de las duras leyes de Rusia contra las críticas al Ejército y la guerra, los manifestantes indignados por la movilización superaron su miedo a ser arrestados para organizar protestas en ciudades de todo el país.

En los primeros 15 minutos de una protesta nocturna en la capital, periodistas de la agencia AP presenciaron al menos 10 arrestos, mientras policías con chalecos antibalas abordaban a los manifestantes que gritaban “¡No a la guerra!”

“No le tengo miedo a nada. Lo más valioso que nos pueden quitar es la vida de nuestros hijos. No les daré la vida de mi hijo”, dijo una moscovita, que se negó a dar su nombre.

Cuando se le preguntó si protestar ayudaría, dijo: “No ayudará, pero es mi deber cívico expresar mi postura. ¡No a la guerra!”.

En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, la Policía se llevó un autobús lleno de detenidos.

La Fiscalía de Moscú advirtió que organizar o participar en protestas podría conllevar hasta 15 años de prisión. Las autoridades han emitido advertencias similares antes de otras protestas. Las del miércoles fueron las primeras protestas contra la guerra en todo el país desde que comenzaron los combates a fines de febrero.

En un aparente intento de calmar la situación, funcionarios rusos dijeron que la movilización afectaría a un número limitado de personas que cumplan con ciertos criterios como tener experiencia en el Ejército o el servicio militar. Sin embargo, la información contradictoria y la falta de detalles contribuyó al pánico.

Una funcionaria del Ministerio del Interior ruso, Irina Volk, dijo en un comunicado citado por agencias de noticias rusas que los oficiales habían interrumpido los intentos de organizar lo que llamaron protestas menores.

“En varias regiones, hubo intentos de realizar acciones no autorizadas que reunieron a un número extremadamente pequeño de participantes”, dijo Volk.

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