Presas llenas… Falta legislar para prever crisis
Esta primavera por fin Nuevo León inicia con presas y pozos profundos casi llenos, pero es fundamental legislar para obligar a gobiernos presentes y futuros a invertir una determinada cantidad presupuestal en obras hídricas, para que no ocurra otra crisis del agua como la de 2022.
Porque construir un embalse lleva varios años, como lo evidencia la hasta hoy denominada Presa Libertad, iniciada en septiembre de 2020 bajo el gobierno de Jaime Rodríguez “El Bronco”.
Y para las nuevas generaciones de neoloneses viene un futuro con alto riesgo de sequías y cambio climático.
Hay que recordar que la Presa El Cuchillo, la más grande –por mucho– de los embalses, se puso en operación en 1993, durante el gobierno de Sócrates Rizzo García.
Pasaron los gobiernos del interinato del priista Benjamín Clariond Reyes (1996-1997), del panista Fernando Canales Clariond (1997-2003), del interinato de Fernando Elizondo (2003), del priista Natividad González Parás (2003-2009), y del priista Rodrigo Medina de la Cruz (2009-2015), sin la construcción de un nuevo almacenamiento hídrico.
Es decir, tres gobernadores de dos partidos políticos y dos interinatos, que acumularon 30 años, sin que a ningún legislador, ni partido político y menos a un ejecutivo estatal, se le ocurriera construir un nuevo almacenaje para una población e industria que creció exponencialmente.
¿Vamos a caer los neoloneses nuevamente en el error por otros 30 años?
Para eso son las legislaturas estatales también, no solo para meterse el pie entre partidos políticos y pedir recursos para sus gobiernos municipales.
Pero los diputados de cualquier color, piensan que van a sentarse al Congreso del Estado para defender su camiseta partidista y poner trabas a los de los otros partidos políticos. No piensan en función de sus representados, los neoloneses, sino en lleva recursos a sus partidos y los suyos.
Las presas llenas es un escenario que no se presentaba desde hace nueve años.
Es en primavera cuando se abre la temporada de albercas y se presenta un aumento gradual en el consumo de agua en el área metropolitana, que se dispara en verano.
La anterior ocasión en que las presas iniciaron la primavera con almacenamientos casi llenos fue en el 2016, cuando entre El Cuchillo, Cerro Prieto y la Boca tenían mil 310 millones de metros cúbicos en conjunto.
Este marzo 2025, entre las tres almacenan unos mil 430 millones de metros cúbicos.
En el arranque de la primavera del 2024, por ejemplo, el escenario fue muy diferente al actual.
El Cuchillo, la presa más grande, tenía 444 millones de metros cúbicos, por lo que estaba al 39.5 por ciento de su capacidad.
Cerro Prieto, apenas acumulaba el año pasado en estas fechas 26.8 millones de metros cúbicos, 8.9 por ciento, y La Boca 13.3 millones de metros cúbicos, 33.8 por ciento.
Pese a sus bajos almacenamientos, las presas aportaban por esas fechas el 70 por ciento del agua que consumía la Ciudad, por estar los pozos en niveles todavía peores.
Pero la tormenta «Alberto», que trajo lluvias extraordinarias a Nuevo León entre el 19 y 21 de junio de ese 2024, y precipitaciones posteriores, le cambiaron el panorama a las presas y fuentes subterráneas.
Esta primavera inicia con El Cuchillo un poco arriba de los mil millones de metros cúbicos, un 94.5 por ciento de llenado.
Cerro Prieto, arriba de los 334 millones de metros cúbicos, 111.5 por ciento más.
Y La Boca con un llenado superior a los 34 millones de metros cúbicos, un 86.6 por ciento de su capacidad.
Las fuentes subterráneas también fueron beneficiadas, por lo que se volvió a aumentar su aportación a la Ciudad casi a partes iguales con las presas.
El año pasado, la primavera también inició con el 55 por ciento de los municipios de Nuevo León con algún grado de sequía: 24 la tenían moderada, dos severa y dos más extrema.
Actualmente sólo son cinco municipios los que tienen sequía, en este caso moderada, y son Anáhuac, Doctor Coss, General Bravo, Parás y Vallecillo.
Existe un viejo adagio que dice: “El hombre es el único animal que cae dos veces en la misma trampa”.
Los neoloneses no pueden darse ese lujo y tanto diputados, como especialistas, organismos independientes y los partidos políticos, deberían dejar de lado su politiquería y su mezquindad, para convertirse en verdaderos colaboradores y visionarios para plasmar en la ley un presupuesto para obras hídricas.
Porque a la presa hasta hoy denominada Libertad todavía le falta para ser una fuente que aporte al Área Metropolitana de Monterrey.
Y además de un embalse nuevo, están los acueductos, las represas y una serie de obras colaterales para un nuevo abastecimiento.