‘O E.E.U.U. cambia su política, o habrá guerra’.- Sachs
El economista de la Universidad de Columbia Jeffrey Sachs, que publicó el artículo titulado: “The West’s False Narrative About Russia and China” (La falsa narrativa de Occidente sobre Rusia y China) y advierte que si E.E.U.U. no cambia su política exterior, tendremos una guerra nuclear.
Sachs afirma que el enfoque de la política exterior estadounidense, que cuenta con un apoyo bipartidista, es “inconcebiblemente peligroso y equivocado” y, además, advierte que las condiciones que Estados Unidos está propiciando son “una receta para otra guerra” en el este de Asia.
En una entrevista con la organización Democracy Now, con la periodista Amy Goodman, el director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia y presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU difundió esta peligrosa “receta”.
Al inicio del artículo, Sachs escribe: “El mundo está al borde de una catástrofe nuclear, en gran parte debido a que los líderes políticos de Occidente no han sido transparentes en cuanto a las causas de la escalada de los conflictos mundiales.
“La implacable narrativa occidental de que Occidente es noble mientras que Rusia y China son malvados es una postura simplista y extraordinariamente peligrosa”, dice Sachs, que además ha sido asesor de tres secretarios generales de la ONU.
AMY GOODMAN: ¿Qué es lo que la gente en Occidente y en el resto del mundo debe entender sobre lo que está sucediendo ahora con estos conflictos, con Rusia, entre Rusia y Ucrania, y con China?
JEFFREY SACHS: El punto más importante es que no estamos utilizando la diplomacia, sino las armas. Esta venta de armamento a Taiwán que se ha anunciado, y sobre la que han hablado esta mañana en el programa, es solo otro caso concreto. Esto no hace que Taiwán esté más seguro. Esto no hace del mundo un lugar más seguro y claramente no hace de EE.UU. un lugar más seguro.
Esto va mucho más atrás. Creo que podemos comenzar 30 años atrás. Al desaparecer la Unión Soviética algunos líderes estadounidenses se metieron en la cabeza la idea de que ahora existía lo que ellos llamaron el “mundo unipolar”, y que Estados Unidos era la única superpotencia y podía llevar las riendas de todo. Los resultados han sido desastrosos.
Hemos tenido tres décadas de militarización de la política exterior de EE.UU. Una nueva base de datos de la Universidad de Tufts muestra que ha habido más de 100 intervenciones militares por parte de EE.UU. desde 1991. Es algo realmente increíble.
Yo mismo he visto, en mi extenso trabajo durante los últimos 30 años en Rusia, Europa central, China y otras partes del mundo, cómo el enfoque de Estados Unidos es primeramente y, a menudo, solamente militar.
Armamos a quienes queremos. Pedimos la expansión de la OTAN sin que importe lo que digan otros países sobre los posibles perjuicios para sus intereses de seguridad. Desestimamos los intereses de seguridad de cualquier otro país. Y cuando se quejan, enviamos más armamento a nuestros aliados en esa región.
Vamos a la guerra cuando queremos y donde queremos, ya sea en Afganistán o Irak o la guerra encubierta contra Assad en Siria, una guerra que incluso a día de hoy el pueblo estadounidense no entiende correctamente, o la guerra en Libia. Y luego decimos: “Amamos la paz. ¿Qué pasa con Rusia y China? Son muy belicosos. Están tratando de desestabilizar el mundo”. Y así terminamos en terribles enfrentamientos.
La guerra en Ucrania se pudo haber evitado y debería haberse evitado a través de la diplomacia. Lo que el presidente Putin de Rusia venía diciendo durante años era: “No expandan la OTAN en la región del mar Negro, no lo hagan en Ucrania y mucho menos en Georgia”, país que, si miras el mapa, está justo en la orilla este del mar Negro. Rusia dijo: “Esto nos rodeará. Esto pondrá en peligro nuestra seguridad. Busquemos una solución diplomática”.
EE.UU. rechazó toda diplomacia. Yo traté de contactar a la Casa Blanca a finales de 2021 –antes de la guerra–. De hecho, me puse en contacto con la Casa Blanca y les dije que iba a haber una guerra a menos que Estados Unidos entablara conversaciones diplomáticas con el presidente Putin sobre el asunto de la expansión de la OTAN.
Me dijeron que Estados Unidos nunca iba a hacer eso, que eso no era una opción. Y efectivamente no lo era. Ahora tenemos una guerra extremadamente peligrosa.
Y, en Asia oriental, estamos usando exactamente las mismas tácticas que condujeron a la guerra en Ucrania. Estamos creando alianzas, acumulando armamento, hablando mal de China. El Gobierno chino había dicho: “Por favor, rebajen la temperatura, apacigüen las tensiones”, pero respondimos que no, que nosotros “hacemos lo que queremos”, y ahora enviamos más armas. Esta es una receta para otra guerra más y, a mi parecer, es algo aterrador.
Estamos en el 60 aniversario de la crisis de los misiles en Cuba, la cual he estudiado toda mi vida y sobre la que he escrito, incluyendo un libro sobre las secuelas. Nos dirigimos hacia el precipicio y nos llenamos de entusiasmo mientras lo hacemos. No se puede llegar a explicar lo peligrosa y errónea que es la política exterior estadounidense.