Cae consumo en EEUU
El gasto del consumidor ajustado a la inflación en Estados Unidos cayó en mayo por primera vez este año, debido a que las persistentes presiones de los precios afectan los presupuestos de los hogares.
Las compras de bienes y servicios, ajustadas a las variaciones de los precios, disminuyó un 0.4 por ciento en mayo, tras un aumento revisado a la baja del 0.3 por ciento el mes anterior, según datos del Departamento de Comercio publicados este jueves.
El gasto en servicios creció, mientras que los desembolsos en bienes disminuyeron.
El índice de precios de gastos de consumo personal, el denominado PCE que utiliza la Reserva Federal para calcular su objetivo de inflación, subió un 0.6 por ciento respecto al mes anterior y un 6.3 por ciento frente a mayo de 2021.
El índice de precios de consumo personal subyacente aumentó un 0.3 por ciento, por debajo de lo que se esperaba. En términos interanuales, el índice subió un 4.7 por ciento, la menor alza desde noviembre.
La mediana de las proyecciones de los economistas encuestados por Bloomberg era de un descenso del 0.3 por ciento en el gasto ajustado a la inflación, frente al mes anterior, y de un aumento interanual del 6.4 por ciento para el índice de precios general.
Sin ajustar a la inflación, el gasto aumentó un 0.2 por ciento respecto al mes anterior, mientras que los ingresos personales crecieron un 0.5 por ciento.
La desaceleración del gasto de los consumidores, el principal motor de la economía estadounidense, se suma a la creciente preocupación por las perspectivas económicas. La confianza de los hogares se encuentra en un mínimo histórico, los temores de recesión aumentan y el mercado laboral, aunque sigue siendo sólido, muestra algunos primeros signos de debilitamiento.
Aun así, el informe refleja la resistencia de la demanda de servicios, lo que subraya un cambio en las preferencias de los consumidores que se esperaba desde hace tiempo, pasando de los bienes a los servicios.
La inflación está erosionando los salarios de los estadounidenses, ya que los hogares se enfrentan a un aumento de los precios en toda la economía, incluido el costo casi récord de la gasolina. La Fed, que a principios de este mes subió las tasas de interés al máximo desde 1994, tendrá en cuenta las últimas cifras en su reunión de julio para decidir si vuelve a subir las tasas en 75 puntos básicos u opta por un aumento de 50 puntos básicos.